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Bavaria adquiere Dufour y Cantieri di Pardo
Los veleros Dufour así como los bellos veleros Grand Soleil de Cantieri di Pardo, pertenecen, desde ahora, al grupo alemán Bavaria Yachts. Con estas adquisiciones el grupo alemán se convierte en un gigante de la náutica, a la altura del Grupo Bénéteau. Continúan las fusiones y adquisiciones en el mundo empresarial náutico. El grupo inversor ISB se hizo el año pasado con las marcas Dufour y Cantieri di Pardo, siendo ahora todo él absorbido por el gigante alemán que a su vez pertenece al grupo inversor Oaktree y de Anchorage Advisors. Vamos, un follón entre capitales, inversores y grupos económicos. Pero lo cierto es que por 60 millones de euros, Bavaria Yachts se ha llevado el gato al agua, para convertirse en el segundo grupo mundial en producción de yates de recreo entre esloras de 9 a 20 metros, con cifras de producción de entorno a los 2.000 barcos anuales. Las ventas del grupo formado alcanzan los 300 millones de euros y en total empleará a unas 1.400 personas en las tres fabricas de Alemania, Francia e Italia. Según su nuevo director general, Jens Ludmann, nombrado CEO de Bavaria en Julio pasado, existen numerosas sinergias que mejorarán las diferentes líneas de producción, los avances técnicos de todas las marcas y aprovecharán mejor los recursos financieros globales. Como era de esperar en este tipo de fusiones, las tres marcas seguirán trabajando con independencia y con diferentes estrategias de productos y diferentes nichos de mercado. Se mantienen así mismo los mismos canales y redes de distribución existentes hasta la fecha.
¿Entonces, qué hay de nuevo?
Grand Soleil 40 Al margen de los movimientos de capitales entre grupos inversores, así con las inyecciones de millones que sanean las empresas, emerge en el mercado un grupo muy potente capaz de competir ante el coloso Bénéteau, dueña de las prestigiosas marcas Bénéteau, Jeanneau, Lagoon y CNB (entre otras). A partir de ahora, el 70% del mercado de los barcos de recreo entre los 8 y los 18 metros, queda repartido entre estos dos grandes grupos, Béneteau y Bavaria. Detrás de todo ello se encuentra, como no, la crisis del sector y las bajas cifras de ventas. Estas han caído en picado desde 2008, y algunas empresas lo han llevado muy mal, convirtiéndose en apetitosas oportunidades para los grandes grupos industriales bien capitalizados. Lo mismo le ocurrió al mismo astillero Bavaria, cuando en 2008 llamó a sus puertas Oaktree, que puso entre la espada y la pared a su por entonces dueño Bain Capital, que a su vez había adquirido los astilleros Bavaria a los fundadores iniciales de la marca.
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Y es que si lo piensan bien, adquirir dos astilleros funcionando, con marcas implantadas, con cartera de pedidos, con instalaciones industriales eficaces, por 60 millones de euros es un buen chollo. El mercado ahora está barato y permite este tipo de oportunidades. Fusionarse o desaparecer esta es la cuestión. Así ocurrió con numerosas y prestigiosas marcas inglesas o nórdicas. Y las que no, ya se fusionaron como ocurrió con Kelt, Gibsea, Feeling, Aloa por parte de Dehler...
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Nuevas estrategias Y a partir de este punto surgirán nuevas estrategias globales en el nuevo grupo con independencia de la mejoría de los costos de producción, derivada del hecho de compartir los mismos recursos globales. Por ejemplo, la fabrica que hace las ebanisterías para una marca comenzará a producir con significativas reducciones de costos de producción las ebanisterías para sus otras marcas, haciendo innecesario el departamento de carpinteros en uno de ellos.
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La buena noticia para el aficionado, es que, al enfrentarse los grandes grupos industriales que pugnan por el mercado, la tendencia del precio es a la baja, fruto de la robotización de la que hacen gala las grandes cadenas de producción automatizadas. Pero también se pierde parte del sabor o el “espítitu” de la marca. Si por ejemplo sube usted a un catamarán Lagoon, percibirá como toda la ebanistería “recuerda” demasiado a un Bénéteau. Se empobrece la “bio-diversidad” de nuestros queridos yates a costa eso sí, de mejorar el margen empresarial y reducir el precio en el mercado, como consecuencia de la competencia entre estos grupos por lograr mayores cifras de participación en el mercado.
Bavaria 55 Y en este maremagnum, los nuevos astilleros lo tendrán cada vez más difícil para conseguir su hueco en el difícil mercado de la náutica de recreo. Sólo funcionarán y sobrevivirán aquellos que agudicen el ingenio y tengan las ideas más innovadoras capaces de competir con los grandes grupos industriales. La innovación y la calidad que sólo el genio creador y la mano de obra artesanal puede dar, serán la baza para que sigan existiendo astilleros que se diferencien de los grandes productores. Eso sí, a precios mucho más elevados y para mercados mucho más elitistas. ¿O a caso no le gusta más un Najad, un Oyster, un Hallber-Rassy…?
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