Los Prados del Mar
Mediterráneo vuelven a florecer
Este otoño algunas de las praderas de posidonia de
los fondos marinos de Cataluña han vuelto a
florecer, señal de la buena salud de estos
ecosistemas en algunos puntos. Esta es una de les
conclusiones de un estudio del CRAM que controla
la calidad biológica de las praderas de
fanerógamas marinas y que también alerta del
estado de conservación irregular y, en algunos
puntos, crítico de las praderas de posidonia de la
costa catalana. El estudio, que ha sido renovado
por tres años más, se está elaborando por encargo
del Dept. d’Agricultura, Ramaderia i Pesca de la
Generalitat.
Este otoño las praderas de posidonia del litoral
catalán han vuelto a florecer, señal de buena
salud de estos importantes ecosistemas marinos.
Esta es una de las conclusiones del estudio que el
CRAM está elaborando para el Dept.
d’Agricultura, Ramaderia i Pesca de la Generalitat
de Cataluña. Los datos del estudio, presentados
este diciembre, demuestran la irregularidad del
estado de conservación de las praderas de
posidonia que hay en frente de las costas
catalanas. Mientras hay zonas donde la pradera se
encuentra en grave estado de conservación, en
otras se ha detectado floración, cosa muy poco
habitual.
A pesar que los impactos negativos de estos
ecosistemas son los mismos para todo el litoral,
en la Costa Brava se ven más afectados por las
anclas de las embarcaciones de recreo, porqué las
praderas se sitúan en las aguas calmadas de las
calas. En cambio, en la Costa Dorada, donde había
habido una única pradera muy más extensa, la pesca
de arrastre y la poca transparencia del agua
constituyen las más grandes agresiones de este
ecosistema, ahora muy fragmentado.
Este es la segunda vez consecutiva que el CRAM
(Fundación para la Conservación y Recuperación de
Animales Marinos) ha ganado el concurso público
para ejecutar el Proyecto de Apoyo y Asistencia de
la Red de Vigilancia de la Calidad Biológica de
las Praderas de Fanerógamas Marinas para el
Departament d’Agricultura, Ramaderia i Pesca de la
Generalitat de Cataluña, para el periodo
2004-2006.
En el anterior contrato, ejecutado durante el 2002
y el 2003, el CRAM realizó inmersiones de estudio
en 34 puntos a lo largo del litoral y actividades
de formación para escuelas y clubes náuticos,
entre otros. Un vez tratados los datos, se
demostró la diversidad elevada de estados de
conservación de estos ecosistemas, la mayoría de
ellos poblados por
Posidonia
oceanica. La mayor parte de praderas en
mejor estado se encuentran en las comarcas de
Gerona y entre l'Hospitalet de l'Infant y la
Ametlla de Mar, a pesar de la amenaza de factores
de regresión. El resto de praderas del litoral
presentan diferentes grados de conservación. En
algunos casos su evolución no ha sido claramente
negativa durante los últimos años, pero permanecen
en un estado precario. Las praderas más afectadas
están en las zonas del litoral sometidas a una
elevada actividad humana y a sus factores de
regresión asociados (contaminación, vertidos,
eutrofización, artes de pesca ilegales,
construcción de infraestructuras mal planificadas,
etc.). El balance demuestra que se requieren
medidas urgentes de conservación para evitar una
degradación progresiva de estos ecosistemas, cosa
que facilitará la información adecuada para una
gestión correcta de estos ecosistemas.
Gracias a la financiación de la Dirección General
de Pesca i Afers Marítims del Dept. d'Agricultura,
Ramaderia i Pesca, el CRAM estará aún dos años
más, estudiando la evolución de los bosques
marinos para buscar claves para su conservación.
Esta planta, la
Posidonia
oceanica, no florece cada año, si no
cada cierto periodo de tiempo, aún desconocido.
Aún así, parece bastante evidente que la
temperatura y la calidad del agua afectan
directamente la floración. Dicha floración
acostumbra a ser entre los meses de agosto y
setiembre. Este 2004 se han visto flores en
diciembre cerca de Palamós. El verano del 2003
también hubo una floración importante,
posiblemente favorecida por las altas temperaturas
del verano. Los biólogos marinos reconocen que aún
sabemos poco sobre esta planta y sus mecanismos de
reproducción. Se calcula que si partimos de una
semilla de posidonia tardaríamos 100 años a tener
una extensión equivalente a un campo de fútbol. La
planta, que tiene un crecimiento muy lento, sólo
pueden colonizar nuevas zonas mediante la llegada
de las semillas de estas flores.
Las praderas de posidonia son el equivalente a
los bosques de tierra, albergan gran cantidad de
vida y constituyen por ellos mismos importantes y
complejos ecosistemas con un amplio abanico de
funciones ecológicas. Son lugar de puesta,
reproducción y protección de muchas especies,
también estabilizan el movimiento de la arena,
producen materia orgánica y oxigenan el agua. Todo
eso los convierte en importantes bioindicadores
del medio marino.
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