Sonares
militares podrían ser los responsables de la masiva muerte de
ballenas y delfines. Los mamíferos quedan desorientados por
la contaminación sonora en los océanos.
Los sonidos de
alta frecuencia emitidos por los sonares consiguen confundir a
los cetáceos, pues ellos ‘oyen’ sus ecos a estas mismas
frecuencias. La confusión les hace ascender desde aguas
profundas, provocándoles la peligrosísima descompresión que
a veces afecta a los buzos cuando ascienden muy rápido de las
profundidades.
El ruido del
sonar, de localización de submarinos y de barcos, parece ser
la causa más clara de la desorientación del las ballenas y
delfines.
Un grupo de
científicos que examinó los cuerpos de 10 ballenas muertas
atrapadas en una playa encontró señales evidentes de formación
de burbujas en el torrente sanguíneo de los mamíferos, además
de pérdida de sangre en sus órganos vitales.
Un grupo de
ballenas atrapadas el pasado mes de septiembre en dos playas
de las Islas Canarias estaba cerca de un lugar de ejercicios
navales.
La desorientación
de las ballenas comenzó cuatro horas después de la actividad
del sonar de los barcos.
Los científicos
que examinaron los cuerpos y escribieron lo que vieron en la
revista "Nature", indicaron que las señales del
sonar pudieron haber causado los cambios en la forma en que
nadan los mamíferos, acelerando la manera en que ascienden.
Los científicos
británicos y españoles tienen dos teorías sobre las causas.
La primera señala que las ondas de sonar son tan poderosas a
corta distancia y en
profundidades extremas que alteran el nitrógeno comprimido,
lo que causa que el
gas se expanda.
El otro postulado señala que el sonar confunde el sentido de
profundidad en
ballenas y delfines, causando un rápido y peligroso ascenso.
En todo caso los
temores ya han generado decisiones judiciales.
Hace dos meses
la marina de Estados Unidos se vio obligada por una corte
federal a no probar poderosos sistemas de sonar en grandes áreas
de los océanos debido a los temores de que el ruido en alta
frecuencia emitido para detectar a submarinos enemigos pudiese
generar un "daño irreparable" en cetáceos y peces.
Ahora los científicos
tratarán de establecer qué nivel de sonido provoca tales
conductas en los cetáceos expuestos al sonar.
La lista de atrocidades que
cometemos contra nuestra madre naturaleza parece no
tener fin. Y debemos preguntarnos... ¿Merece la pena?