Sense 50; el arte de disfrutar

Un crucero excepcional y adelantado a su tiempo que nos sorprenderá gratamente. Bénéteau sintetiza en el Sense 50 lo que cualquier amante del crucero podría soñar; un barco de habitabilidad excepcional, fácil de navegar, cómodo como ninguno, seguro y bien construido.

A medio camino entre un deck-salon y un crucero rápido, el Sense 50 enamora al instante a quienes disfrutamos de la navegación a vela cómoda y sin renunciar a las prestaciones. Sus líneas sorprenden al instante, con una cubierta muy lineal que finaliza bruscamente en un arco estructural que soporta el carril y la escota de la mayor y del que sin lugar a dudas querremos instalar la capota de invierno, además de servir como soporte para el imprescindible binimi durante el verano.

A partir del arco hasta la popa arranca la inmensa bañera, auténtico centro de reunión y de vida a bordo, distribuida a modo de cómoda terraza con ventanas hacia el salón interior y en donde se aprovecha juiciosamente todo el volumen para satisfacer lo que cualquier aficionado exigente debe pedir: Cofres amplios y bien dimensionados, un espacio específico para la estiba de la balsa salvavidas, una doble bitácora bien organizada en la que caben con holgura toda la instrumentación digital, y una popa abierta configurada con dos escalones anchos y despejados que invitarán a disfrutar del agua en verano, en cuyo suelo se esconde la escalera de baño y varios espacios perfectos para guardar escotas, cabos de amarre, y demás pertrechos.

Carena rápida, maniobras fáciles

Su arquitecto Berret Racoupeau ha sabido conferir al Sense50 un logrado equilibrio entre prestaciones y comodidad, tanto en su manejo como en su extraordinaria habitabilidad. Dotado con una carena rápida y de líneas de aguas eficientes que desembocan en dos timones con los que aseguramos el gobierno del barco incluso en aquellas ocasiones en las que podamos pasarnos de trapo y de escora.

No necesitamos llegar primero en todas las regatas, detestamos el sufrimiento y la vida espartana… ¡Piense en el Sense50!

Muestra de la filosofía “ease” del Sense 50 es la posibilidad de instalar foque autovirante y los cómodos reenvíos de todas las escotas hasta los pianos de bañera. La configuración de velas de proa no podría ser más flexible con Genova, código 0, trinqueta autovirante, y naturalmente spi o genaker. En definitiva un plano vélico potente en el que la mayor puede solicitarse también con enrollador de palo.

Salón y bañera: El espacio sin fronteras

Nauta Design, ha conseguido unificar la bañera con el salón y desdibujar esa marcada frontera entre interior y exterior. Para ello la diferencia de alturas entre el suelo de la bañera y el suelo del salón disminuye de forma drástica y la escalera, suave y amplia, pasa casi desapercibida como vinculo de unión entre la bañera y el salón. Desde el interior se disfruta toda la vista de la bañera gracias al mamparo transparente de la parte posterior, lo cual contribuye a integrar ambos espacios.

Destaca el sofisticado cerramiento principal realizado mediante panas transparentes deslizantes bajo el suelo de la bañera, y accionado mediante un mecanismo eléctrico. Se trata de sistema ingenioso que facilita y simplifica, una vez más, la habitabilidad del barco.

En el arco integrado se han montado focos led que iluminan la bañera para cenar al exterior o disfrutar por la noche. En sus laterales pueden instalarse altavoces de bañera con los que disfrutar de una ambiente musical, y los dos vértices laterales soportan los pasamanos en inox que facilitan el tránsito hacia los pasillos de proa.

La apertura de los cofres también ha sido objeto de estudio, y se lleva a cabo con la ayuda de  un pistón hidráulico. La apertura total deja al descubierto un amplio acceso que mejora el aprovechamiento de estos grandes espacios, uno de los cuales podría incluso convertirse en una pequeña cabina para marinería.

interiores lujosos

Dentro del Sense 50 viviremos algo diferente a lo que estamos acostumbrados con el resto de los cruceros de serie. Se trata del volumen, de la luz que inunda el interior, las vistas amplias y despejadas. Un conjunto de características que logran un nuevo concepto de vida a bordo en el que prevalece el lujo y la comodidad. 

Al acceder al interior encontramos a babor un cómodo sofá rematado en chaise-longue que hace las veces de asiento para la mesa de cartas, amplia y con buena superficie de trabajo. Se han previsto una cómoda luz de lectura y un revistero, logrando que el espacio dedicado al capitán sea uno de los más agradables rincones del salón. En su centro se ha montado una mesa abatible y ajustable en altura.

El mueble central esconde un televisor que asciende mediante un accionamiento eléctrico frente al sofá del salón, en una situación perfecta para el visionado de películas. Pero su interior también oculta un banco adicional, en el que pueden sentarse otros dos invitados y permite delimitar el espacio dedicado a la cocina, dispuesta a lo largo de una amplia encimera moldeada con doble fregadero. El horno microondas ha sido panelado en los muebles superiores, y la banda inferior ofrece gran numero de cajones para conseguir funcionalidad y comodidad. Se han previsto dos neveras de apertura frontal y vertical desde la encimera así como una máquina de fabricar hielo.

Tonos claros y maderas suaves contribuyen a crear este ambiente cálido y “cool”, cuidado con esmero todos sus detalles. La ventilación del interior no podría ser mejor gracias a las numerosas ventanas y tambuchos practicables enrasados a la superficie de la cubierta con mosquiteras y cortinillas de oscurecimiento.

En la versión dos camarotes, la distribución interior ofrece un agradable despacho auxiliar con puerta corredera e iluminado de forma adicional desde el salón mediante una ventana practicada en el mamparo que lo separa de la cocina. Su distribución denota una vez más, que estamos ante un yate pensado para armadores exigentes y no para empresas de charter.

Joystick Dock & Go

Ya lo hemos citado. En el Sense50 todo es comodidad,… incluso en las maniobras de amarre que tantas veces pueden llegar a estresar al patrón. El sistema electrónico de maniobras utiliza la hélice de proa y el propulsor principal para conseguir realizar desplazamientos imposibles, como mover el barco de forma lateral o amarrar sin complicaciones en sitios estrechos y comprometidos.

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