Cabrera
Un espectáculo en todos los aspectos y verdadero lujo para la
navegación; Sus costas, sus aguas, sus rincones, la avifauna,
su historia... A
sólo 9 kilómetros de la costa de Mallorca se encuentra este
archipiélago formado por 19 islas de todos los tamaños, de las
cuales la mayor es la Gran Cabrera con unos 11 kilómetros de
superficie de los 13 que tiene todo el conjunto.
El relieve es accidentado llegando a tener una altura de 172
metros en su poca superficie. El único terreno llano se
encuentra donde desembocan todos los torrentes de la isla cerca
del precioso puerto natural cuya entrada está marcada por dos
faros localizados en el cabo de Llebeig y la Punta de Sa Creueta.
A pesar de ser un puerto profundo no debemos confiarnos, pues
con vientos fuertes del norte podría convertirse en un lugar
complicado, como lo atestiguan los numerosos pecios antiguos
hundidos en su entrada.
La visita está
limitada a 50 embarcaciones que para su fondeo deben utilizar
las 50 boyas repartidas en la bahía y que son de distintos
colores dependiendo de la eslora de nuestro barco. Blancas hasta
12 metros de eslora, Amarillas hasta 15 , Naranjas hasta 20
metros y rojas para los yates más grandes. En temporada alta
solo se puede fondear una sola noche, dos noches para junio y
septiembre y hasta 7 días el resto del año. En el muelle solo se
puede atracar bajo emergencia o con un permiso militar. Para
bucear será necesario la obtención de un permiso adicional y
obviamente está totalmente prohibida la pesca en cualquiera de
sus modalidades.


Cabrera, Parque Nacional desde 1991 es uno de los más bellos de
toda España. Las visitas están restringidas y para su visita es necesario solicitar una
autorización a la Oficina del Parque en el 971
177 641 (de 9:00 a 14:00 de lunes a viernes) 971 176 613,
a la Guardería del Parque en el 630 982 363, a
la Oficina del Centro de Visitantes 971 656 282. En época de verano se recomienda hacerlo con tiempo ya
que hay que rellenar varios impresos y suele retrasarse.
Solicitud directa al parque
CLICK
Se
limita el número de embarcaciones y los días de pernocta. Está
prohibido fondear y uno debe amarrarse a una de las 50 boyas que
hay. Durante los meses de Julio y Agosto sólo se permitirá
permanecer una noche, dos en Septiembre y en Junio y siete como
máximo el resto de la temporada.
Está
prohibido navegar dentro de los límites del parque, desembarcar
animales, pescar, practicar deportes náuticos y verter cualquier
tipo de residuo. Sólo se permite desembarcar por el muelle
principal.
La costa es muy accidentada con calas profundas y
formas caprichosas que llenan de belleza todo su litoral. La
superficie de la isla es de formación calcárea lo que ha
facilitado con el paso de los siglos, la formación de numerosas
cuevas y abrigos. En sus partes más altas se encuentran
yacimientos de yeso y sal gema, y la vegetación está formada
por pinos sabinas y algunos arbustos entre los que encontramos
el boj y el aladierno.
En ella se pueden contemplar las últimas águilas pescadoras,
halcones de Eleonor, gaviotas cormoranes e incluso una especie
de lagartija que solo se encuentra en esta isla.

A pesar de contar con una precipitación más baja que la de
Mallorca, los 350 mm de lluvias anuales le permiten ofrecer dos
fuentes permanentes localizadas una cerca del puerto y otra en
la cala Ciola cerca del faro.

Su historia es densa desde tiempos antiguos, como atestiguan los
numerosos yacimientos arqueológicos algunos de los cuales datan
de antes de nuestra era. Durante el medioevo estuvo sometida a
la presión de piratas beréberes. El episodio más terrible data
del siglo 19, cuando unos 8.000 prisioneros franceses capturados
durante la guerra de la independencia en la batalla de Bailén
fueron abandonados a su suerte en Cabrera. Casos de
antropofagia, muertes continuas diezmaron a esta población en
una isla que en condiciones optimas solo sería capaz de soportar
a una población mantenida de unas 75 personas. En 1814 y tras
cinco años de sufrimientos, los 3600 supervivientes fueron
repatriados a Francia, y en su memoria se alza un monolito cerca
del puerto. Hasta hace pocos años ha sido utilizado como campo
de maniobras militares tras su expropiación por el estado en
1916, hasta su reciente incorporación a la lista de parques
nacionales.

En la bahía que forma el puerto natural y cerca del castillo que
sirvió de penal para los franceses se encuentra un espigón y
embarcadero rodeado de algunas construcciones antiguamente
militares y ahora restauradas para el uso y gestión del parque.

En Cova Blava (cueva Azul a 500 metros NNW de la cala de Santa
María) existe una cavidad muy espectacular y practicable en
neumática desde la que se contemplan impresionantes juegos de
luces de tonalidades azuladas. Tiene 6 metros de altura y 45 de
profundidad.

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