Islas Medas

Cerca del Estartit en la Costa Brava, y a no más de una milla de distancia desde la costa, se encuentra el bello archipiélago de las islas Medas, importante reserva natural de fauna y flora con 21 hectáreas de extensión y con unos fondos marinos famosos por su riqueza en especies y diferentes ambientes, algunos rocosos otros formados por extensos bancos de arena. 

Posiblemente uno de los mejores lugares para bucear en nuestra costa mediterránea, y con paisajes muy seductores por sus atractivos rincones, escollos, huecos y cuevas.  Un relieve áspero pero tranquilo para disfrutar la naturaleza y vibrar con nuestro entorno.  Un territorio en el que fondear y relajarse, escuchar los sonidos de las gaviotas o cormoranes y pasar un estupendo día de mar.

A pesar de su pequeña extensión y rudo aspecto, sobre las Medas se han desarrollado innumerables episodios históricos. Los primeros habitantes fueron comerciantes griegos, cuyos restos encontrados en las islas coinciden con los vestigios de asentamientos helénicos aparecidos en Rosas. Es posible que la gran Meda fuera utilizada antiguamente como necrópolis dado el gran número de restos humanos encontrados así como diferentes objetos como pequeños vasos lacrimatorios.

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Durante la edad media, las medas se convirtieron en refugio para saqueadores que amenazaban el comercio marítimo y efectuaban actos de piratería a pueblos de la costa cercanos. Por ello se construyó una torre de defensa y un monasterio regentado por los caballeros del santo sepulcro en la gran Meda, que más tarde fue abandonado por el alto precio que suponía mantenerlo con actividad. En 1442 los Genoveses atacaron el lugar y quemaron la capilla de San Miguel. Los restos fueron desapareciendo con el paso de los años. 

En 1794 los Franceses edificaron una fortificación invadida posteriormente por los Ingleses que la convirtieron en presidio.  Recuperada nuevamente por los Franceses durantes las guerras contra Napoleón, pasaron finalmente a dominio Español con quienes se mantuvo una guarnición militar hasta 1890. El antiguo faro de la época de Isabel II aún se mantiene, aunque en parte destruido, y fue sustituido en 1930 por otro, rodeado por restos de antiguas baterías y construcciones militares. Actualmente funciona automatizado y con energía fotovoltaica.

La normativa de protección dictada por la Generalitat en 1985, que fijaba una zona vedada de pesca alrededor de las islas, se ha visto ampliada para permitir la conservación de la flora y fauna de su fondo marino.

La aplicación de esta ley convierte a las Islas Medas en el mayor parque natural marino de Cataluña y en uno de los más importantes de todo el Mediterráneo

Está prohibido el uso del ancla por respeto al fondo marino, dada su gran riqueza de fauna, y por ello debemos amarrarnos a una de las boyas previstas para tal maniobra. Lo mejor es pues utilizar una pequeña lancha o una auxiliar inflable para recorrer palmo a palmo su costa en la que descubriremos pequeñas cuevas como la del Racó o la de Cuatera en la que comienza una pared vertical desde la que contemplar en la lejanía el cabo de Creus. En la Meda pequeña aparecerá una playita conocida como el Portixol desde la que poder hacer una corta excursión hasta la cima de la isla en la que deleitarse