|
|
|
|
|
Vientos de popa
Al ir en
empopada debemos distinguir si llevamos un viento estable o si va
virando. Pero también puede ser oscilante cambiando cada cierto tiempo
a un lado. La situación más complicada es cuando oscila pero con
tendencia a virar. Además debemos conjugar todo esto con las
diferentes estrategias propias de los trayectos con vientos en popa.
Con el viento de popa ocurre
algo parecido a lo que ya vimos con vientos de proa. Si
después de un rato el viento vira podremos comprobar que
dependiendo del lado por el que hayamos decidido bajar a la
boya de sotavento podremos quedar o no favorecidos.
Al comenzar el tramo de barlovento, cada
barco baja por un lado distinto. Los dos barcos tienen el mismo
sotavento por delante lo que se traduce por el mismo nº de barras que
bajar hasta llegar a la altura de la boya. Para entenderlo con más
claridad supongamos que al cabo de un rato, el viento rola netamente a
un lado. Ahora veremos como el barco rojo está más cerca de llegar a
la altura del sotavento de la boya que el barco azul.
Al final lo que hay que recordar es que
si el viento vira hacia la derecha, debemos bajar por lado contrario
es decir por el lado izquierdo, y viceversa. Y lo ideal será de
hacerlo en solo dos bordos haciendo una única trasluchada. Pero esto
es lo ideal ya que la táctica compitiendo contra otros barcos se
complica al taparse el viento o evitar los cruces con otros veleros,
como veremos más adelante.
Algunos prefieren no acercarse
excesivamente a los Laylines por lo que debemos centrarnos si nuestra
posición es muy lateral, aunque esto dependerá de cómo sea el viento
de popa. Así como al hacer viradas ciñendo el barco puede perder rendimiento y
velocidad, en las trasluchadas no se pierde casi nada.
Otros preferirán seguir a la banda que
van haciendo y evitar trasluchar. Pero recuerde que con vientos de
popa la fuerza del viento es muy importante, más que si existe alguna
tendencia a oscilar. Lo que debemos en cualquier caso es vigilar
nuestra posición respecto al resto de los participantes.
Cuando bajamos hacia una boya de
sotavento pero con vientos oscilantes, debemos aplicar lo que hemos
visto hasta ahora, pero teniendo en cuenta que el lado correcto por el
que debemos bajar irá cambiando. Es decir si el viento vira a la
derecha bajaremos por el lado izquierdo, y cuando oscile a la izquieda
lo haremos por el derecho. De esta manera iremos rascando poco a poco
distancia frente a aquellos que hagan el trayecto por una única banda.
La cuestión radica en cuando debemos trasluchar y cambiar al otro
lado. Para ello es totalmente necesario saber cual es la dirección
media del viento, ya que no debemos trasluchar en cuanto el viento
empiece a oscilar al otro lado, sino cuando su dirección haya sobrepasado
de la dirección media de donde viene.
¡Lógico! Si el viento viene de Norte y
oscila poco a poco hasta ir a 20º debemos ir por el lado izquierdo.
Ahora el viento empieza a oscilar en sentido contrario, de los 20º que hace hasta que venga
de 340º, pero no debemos trasluchar hasta que vuelva a hacerse Norte.
Para sacar el viento medio debemos ir anotando en cada banda los
ángulos de donde venga el viento a cada lado y sacar la posición
media.
Y cuando el viento oscila pero además
tiene una tendencia a ir virando, debemos tener en cuenta esta
tendencia para ir un poco más de tiempo a la banda contraria y
aprovechar al máximo las ventajas de las oscilaciones y de la
tendencia a virar. ¡Nada fácil!
Cuando regateamos haciendo el tramo de
viento en popa el barco va muy cómodo y es fácil olvidar que algunos
pequeños ajustes pueden dar como resultado mejoras frente a los demás.
Muchas regatas se ganan justamente en las empopadas. Debemos estar
atento a la tensión de las escotas y comprobar como estas nos indican
si el viento cambia de dirección o intensidad. Por ejemplo, un giro
del viento de unos 10º de compás puede hacernos ganar cerca de 200
metros sobre una distancia de 1.000 metros si el contrario no se
percata y corrige en consecuencia.
El ataque
Si
llevamos un barco delante nuestro y al que deseamos dar caza, la
situación es ideal ya que en tramos con viento de popa somos nosotros
quienes recibimos primero el viento en por tanto podremos intentar
dejar sin viento al adversario que nos saca algunas decenas de metros.
Ocurre la situación contraria a las ceñidas, en donde el perseguidor
lleva las de perder.
En definitiva intentaremos “fastidiar”
al que va por delante nuestro tapándole el viento con nuestras propias
velas. Para evitarlo, el que va por delante trasluchará para quitarse
de la zona de “sombra” que crean nuestras velas. El juego consiste en
seguirle y trasluchar continuamente tras él para seguir tapándole e
intentar ir empujándolo hacia el borde del campo de regatas, para que
cuando lleguemos a boya tengamos la ventaja sobre él de ir menos
forzados.
Pero si no se trata de un “match-race”
como en la Copa América, no debemos olvidar que no vamos detrás de un
barco. Lo que queremos es ganar la regata. De nada nos servirá ganar a
un contrario si por la otra banda del campo de regatas 15 barcos van
mucho más lanzados por tener mejor viento en esa zona.
La defensa
Con viento de popa y cuando nos persigue
un contrario, debemos procurar no dejarnos encerrar por el
perseguidor. Si para ello tenemos que trasluchar, debemos hacerlo
antes de que nos veamos bajo la “sombra” de viento del perseguidor.
Y si ya nos vemos fastidiados por el
molesto perseguidor que nos tapa el viento debemos aprovechar
cualquier oportunidad para deshacernos de su nefasta influencia.
Estaremos atentos a una rolada del viento, o a un barco que deba
cruzar nuestra trayectoria para hacernos un hueco y salir de su viento
turbulento.
© Copyright Fondear, S.L.
|
|
|
|