Historia
de la Transat 6,50
Fue
creada en 1976 por el británico Bob Salmon como respuesta y
protesta al despilfarro económico y a las grandes
necesidades tecnológicas que suponía participar en la Gran Transat. La
Mini-Transat como era conocida hasta hace pocos
años debía estar al alcance de cualquier bolsillo y por ello
se estableció una eslora límite de 6,50 metros. Se organiza
cada 2 años y en las primeras ediciones se reflejaba este
espíritu de modestia y simplicidad. En las últimas ediciones
se han creado 2 clasificaciones; Una de ellas con barcos muy
innovadores ‘los prototipos’ y la otra con los barcos de
serie, de forma que cualquiera que verdaderamente lo desee
pueda participar.
La Transat 6,50
se ha convertido con los años en una prueba reina necesaria para
cualquier Skipper que quiera labrarse un porvenir dentro del mundo de
las carreras en solitario. Y todo ello sin renunciar a una de sus
principales características; presupuestos modestos y asequibles.
Las primeras
ediciones salieron desde Penzance (Reino unido) hasta Antigua, pasando
por Tenerife. La primera edición de 1977 contó con 23 participantes y
a pesar de los modestos presupuestos de la organización fue todo un
éxito. Tras 38 días de navegación, 19 participantes llegan a la meta.
Comentaba Daniel Gilard: “Corríamos el
riesgo de zozobrar, quemarnos al sol, atravesar el Atlántico a cambio
de nada. No corríamos por dinero. Simplemente por la belleza del
hecho, por amor a la vela y a estos pequeños barcos, fuimos capaces de
aceptarlo todo. Creo que amar al mar es justamente esto”. Acababa de nacer una nueva clase; La Transat 6,50. En el 79 ya
estaban inscritos para la salida 39 participantes, entre ellos: el
joven Van Den Heede, Lionel Péan, y Loïck Peyron, pero es un
Norteamericano, Northon Smith, quien consigue triunfar, reduciendo en
6 días el tiempo de la primera edición. VandenHeeden todavía reconoce
en estos días el cariño por esta prueba “Dejando
de lado la vuelta al mundo, no conozco ninguna otra prueba tan
extraordinaria. Al final hay tantos ganadores como participantes.
Deportivamente hablando, prefiero ganar una Transat 6,50 a una Ruta
del Ron”.
En 1981 el
ciclón Irene diezma el número de participantes durante la primera
etapa, logrando finalmente la victoria Jacques Poignon, aunque el
héroe de esta edición es el Canadiense Steve Callaghan quien dos días
después de salir de Canarias, se hunde y consigue sobrevivir tras
pasar 56 días en su balsa salvavidas alimentándose de peces al más
puro estilo ‘Alain Bombard’, hasta caer finalmente sobre las costas de
las Antillas.
En la edición del
83 participan 43 barcos presentando como novedad la posibilidad de
participar en parejas. También aparecen las primeras jarcias en Kevlar,
y los primeros lastres móviles. Se vuelve a reducir el tiempo total de
la carrera, esta vez en solo 18 horas. En 1985 la organización pasa a
manos Francesas y se modifica el recorrido, saliendo desde entonces
desde la bretaña en Brest, haciendo escala en Tenerife y llegando a
Guadalupe. Aparece el famoso barco de serie el ‘Coco’, aunque algunos
como Yves Parlier, que a la postre sería el ganador de esta edición,
construye su propio prototipo, terriblemente innovador, con palo de
carbono obenques en Kevlar, timones de carbono y espejo de popa en
paneles de nido de abeja en kevlar y carbono. “Tras
fabricarlo en un rincón de Francia, le cogí prestado el Peugeot 205 a
mi mujer, y lo transporté en el techo…” Al final acaba con
casi 70 horas de ventaja frente al segundo clasificado.
En 1987 gana Gilles Chiorri por delante de Laurent Bourgnon e Isabelle
Autissier, imponiendo un ritmo frenético que mejora el record de
Parlier en 38 horas. Laurent Bourgnon comentaría
“Es el puro espíritu
de la vela, el que amo. Es accesible a todo el mundo…”. Desde 1989
solo se puede competir en pareja con barcos de serie. En 1991 se
apuntan 68 participantes de los cuales el 4º clasificado es un joven,
Michel Desjoyeaux que más tarde se convertiría en ganador de la mítica
Vendée Globe, y que comenta “Estos
barcos son verdaderos laboratorios de la vela. Yo experimenté en la
Transat 6,50 las primeras quillas pendulares y el tangón exterior
orientable. La Transat 6,50 es un paso obligado para cualquier
regatista de carrera”.
En el 93 la meteo obliga a anular la 1º etapa y a
trasladar todos los barcos hasta Madeira. La segunda etapa desde Madeira a San Martin, es la más rápida
de la historia, imponiéndose Thierry Dubois con un barco de prototipo,
y haciendo 8 nudos de media.
En 1995 gana
Ivan Bourgnon que comenta “Si te
encuentras totalmente solo frente al océano. No hay contacto de radio
permanente, no puedes llamar a ‘mamá’. Si quieres ir al extremo, esta
es la carrera que necesitas. Cuando la terminas –y con más razón si la
ganas-, logras ver más allá. Esta Transat permanece como el mejor de
mis recuerdos”. En 1997 y en el 1999, gana Sebastián
Magnen, y es en el 99 cuando aparece en escena la inglesa Ellen
MacArthur “La Transat me dio el gusto
por los grandes viajes. No la olvidaré nunca”.
En 2001 la
Transat 6,50 estrena nuevo recorrido saliente desde Brest,
hasta Puerto Calero en Lanzarote, y hasta Salvador de Bahía en Brasil,
teniendo que atravesar los participantes los famosos “DollDrums”, zona
de calmas en la ITCZ. En 2003 se producen dos desarboladuras, y el
Francés Armel Tripon gana en prototipos frente al Español Alex Pella.
En barcos de serie gana Erwan Tymen, y a dos millas de la meta Michel
Mirabel se lanza contra las rocas. En 2005 se bate el record de
participantes con 72 inscripciones, síntoma inequívoco de la buena
salud de una carrera que ya representa uno de los más importantes
desafíos de la vela mundial.
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