Normas
de la Transat 6,50
El
reglamento ha sido redactado de forma que anime y fomente la
participación en todos los aspectos. La carrera tiene como
fin último el mejorar y avanzar en el desarrollo de estos
pequeños veleros así como mejorar la seguridad de la
navegación, y todo ello sin caer en costos excesivamente
elevados. Se han implantado una serie de pruebas
clasificatorias cuyo único objetivo, lejos de actuar como
criba, simplemente permite a los futuros participantes
concienciarse de la dificultad de la prueba y favorecer la
adquisición del espíritu marinero, la solidaridad entre los
participantes y reforzar el sentido de la responsabilidad
necesarios durante la navegación de altura.
Los barcos que
participan en la Transat 6,50 deben ser totalmente autónomos, en todos
los sentidos de la palabra. Cada skipper podrá contar únicamente con
sus propios medios para realizar todo el recorrido, debiendo poder
hacer frente a cualquier situación de emergencia y poder improvisar
soluciones de fortuna, así como ser capaces de alcanzar por ellos
mismos y sin ayuda exterior un puerto.
Los
participantes quedan organizados en dos categorías: Prototipos y
Barcos de Serie, que darán lugar a dos clasificaciones diferentes y
por tanto a dos ganadores. No se permite ningún rutaje y los
participantes deben firmar una declaración de honor en la que asumen
esta premisa. Los equipos de ayuda electrónica a la navegación así
como equipos informáticos y ordenadores están estrictamente
prohibidos, salvo el piloto automático, el GPS, y una veleta con
anemómetro. No está permitido ningún avituallamiento o contacto físico
con otros barcos durante la carrera. Cada barco debe estar equipado
con una radio VHF fija de una potencia en antena de 25 watios, pero
queda prohibida cualquier asistencia a través de la radio, que no sea
por causas médicas o de extrema urgencia.
En 1999 la mitad de los participantes abandonaron debido a la dureza
de la prueba y a la falta de preparación física y psicológica. Por
ello se crearon los recorridos de calificación que deben ser navegados
por los candidatos como requisito imprescindible para la
clasificación. En definitiva el objetivo es sencillo; Permitir a los
candidatos tomar conciencia por un lado de su verdadero nivel técnico
así como de su capacidad psíquica para afrontar la navegación en
solitario. Cada pareja hombre-barco debe haber navegado al menos 2.000
millas, de las cuales 1.000 fuera de carrera, y otras 1.000 en una de
las pruebas del calendario de clasificación de la Transat 6,50.
Participantes que ya hayan corrido la Transat 6,50 y no hayan cambiado
de barco, simplemente deberán haber participado en una de las pruebas
del calendario para 2006/2007.
En cada barco debe haber una baliza de posicionamiento por satélite
Immarsat D+, independientemente de la baliza de emergencia. La baliza
Immarsat es totalmente autónoma y emite la posición del barco varias
veces al día durante toda la carrera. Estos datos recibidos en el
centro de datos permite confeccionar cada 12 horas la clasificación
provisional de todos los participantes, que podrá ser consultada en
Internet. Las balizas Immarsat permiten al skipper enviar cierta
información en cada emisión, permitiendo solicitar a la organización y
bajo validación del director de la carrera, la asistencia en alta mar
por uno de los 6 barcos de acompañamiento que seguirán la ruta y poder
dar asistencia a los navegantes.
En la futura
edición 2007, se han mejorado las medidas de seguridad y por ello cada
participante debe tomar un cursillo de supervivencia con formación
teórica que explican las reglas de seguridad, socorro, procedimientos
de fortuna, materiales de seguridad,… así como una formación
específica y práctica sobre el uso de este material de socorro.
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