Las
quillas 3D
Inventada en Nantes por el arquitecto naval francés François
LUCAS, el principio de la quilla 3D es sencillo y consiste
en dotar a todo el conjunto quilla-bulbo 3 grados de
libertad. Esto permite además del movimiento lateral
basculante como hacen por ejemplo los VOR70, un ajuste
longitudinal hacia delante o hacia atrás, así como un ajuste
según el eje vertical permitiendo el cambio de incidencia de
la quilla sobre la dirección de avance del barco.
Para
ello la quilla reposa sobre una articulación con forma de esfera que
actúa como
un pivote y sobre el cual se puede orientar el conjunto quilla-bulbo
con 30º de ángulo a cada lado lateral y con 15º en el eje
longitudinal. ¡En torno a 1 metro de desplazamiento de proa a
popa!
La posibilidad de ajustar la quilla hacia delante o hacia atrás se
realiza mediante un pistón hidráulico y sus cambios de apoyo permiten
cambiar el asiento longitudinal del barco. Con vientos flojos es muy
ventajoso avanzar la quilla para despegar la popa del agua y limitar
la resistencia y el arrastre por superficies mojadas avanzando el
centro de deriva del barco. Cuando sopla poco viento también se coloca
la quilla a sotavento para forzar un poco la escora del barco y por
tanto reducir la superficie mojada de la carena.
Con vientos portantes y del través, la quilla se posiciona todo a popa
para asentar el barco, evitar las clavadas de proa en las olas y
retrasar el centro de deriva. Obviamente se desplaza lateralmente a
sotavento para aumentar el adrizamiento y mantener el barco más plano
y con más potencia en las velas. Si refresca el tiempo, actuando sobre el
pistón hidráulico durante unos 20 segundos, conseguiremos retrasar el
bulbo de 300 kilos hacia la popa, aumentando la estabilidad de ruta.
Sea cual sea la orientación longitudinal, el bulbo siempre queda
paralelo a la línea de flotación mediante un ingenioso sistema basado
en unos ejes articulados.
El ajuste de la incidencia es muy útil durante las ceñidas ya que la
incidencia positiva que se puede dar a la quilla hace que esta actúe
como un ala de avión y aumenta la sustentación del alerón reduciendo
el arrastre. El resultado es que disminuye el abatimiento de forma
notable. Por el contrario, con vientos portantes se da a la quilla una
incidencia negativa forzando al velero a un movimiento un poco lateral
(como los cangrejos) lo cual permite orzar un poco más y por tanto
favorecer el flujo laminar del viento sobre las velas, y por tanto
aumentar la velocidad, con resultados verdaderamente impresionantes.
Cada uno de
estos tres ajustes (pendular, longitudinal y ángulo de incidencia) es
independiente de los otros, y la modificación de uno de ellos no
implica el desajuste de los otros dos, facilitando el ajuste global.
Durante la pasada edición de la Transat 6,50, este nuevo avance en
tecnología naval fue probado sobre el prototipo nº 231 patroneado por
Nicolas Bunoust.
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