La
construcción del casco es totalmente en Carbono con
refuerzos de Kevlar en la proa, y también se han utilizado
estructuras en panel de abeja. El palo también está
enteramente realizado en fibra de carbono y en parte del
aparejo también se han utilizado materiales compuestos en
vez del acero inox, logrando ahorros de peso y bajar aún más
el centro de gravedad. Estos nuevos materiales son capaces
de soportar las tensiones y cargas que ahora son
necesariamente más altas. Los cascos son más ligeros y
rígidos capaces de saltar de ola en ola amerizando sobre las
crestas que se pongan por delante.
Como ya
demostraba el Movistar desde Australia durante los
entrenamientos, se está cerca de conseguir las 600 millas
diarias en monocasco. De hecho el Movistar ha batido
recientemente el record del mundo con 530 millas/24 horas,
pero posiblemente vuelva a ser superado de nuevo.
A pesar
de tratarse de pura sangres otimizados en todos los
aspectos, las reglas de construcción obligan a que puedan
autoadrizarse incluso con vuelcos de 180º (sin mástil). En
el interior del casco existen tabiques herméticos y la
quilla se soporta en unos mamparos de sacrificio que
evitarían la destrucción del casco en caso de un brutal
impacto del bulbo a 35 nudos contra un container flotante o
una ballena.
Llevar un
Open70 a 35 nudos y ser golpeado por una ola saltando por la
amura, ha dejado de ser una experiencia incómoda por algo
peor. El choque
se parece más a estamparse a 70 kilómetros por hora contra
un muro de agua!
Bajo
cubierta todo es muy espartano pero muy funcional, con un
mínimo de confort y posibilidad de aislarse un poco de la
vida en cubierta. Todo está protegido contra los golpes a
los que están sometidos las tripulaciones por los vaivenes
continuos de la mar. El francobordo es algo mayor para
evitar la llegada del agua lanzada a toda velocidad contra
la bañera.
Cuanto
más rápido es un barco, menor es el ángulo por el que el
barco recibe el viento aparente. Casi siempre el viento se
hace sentir de proa en vez de notarlo por las amuras. La
tripulación necesita afinar más el ajuste de las velas que
son más planas y rígidas. Incluso los spis son bastantes
planos y todos asimétricos. El número de velas permitidas
ha descendido de 38 en la anterior edición a 24, de las
cuales solo se pueden llevar a bordo 11 en una etapa (sin
contar las velas de tormenta). Hay que elegir velas que sean
rápidas y polivalente. La tripulación encargada del manejo
de las velas desciende de 12 a 9 personas, de las cuales
normalmente 5 se encuentran en cubierta mientras los demás
descansan.
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