El
peligro está siempre acechando como puede atestiguar Roland
Jourdain, y hasta la misma línea de llegada uno tiene encima
la espada de Damocles. Siempre existe la posibilidad de
colisionar con un contenedor perdido, un tronco o cualquier
objeto voluminoso no identificado. Nunca se sabe si un sobre
esfuerzo va a generar una grave avería en la quilla o en la
jarcia. La angustia continua minuto a minuto y con más
presión que nunca por ser el que está en cabeza de
carrera. La presión aumenta hasta la mismísima meta en les
Sables d’Olonne. El esfuerzo continúa hasta el último día,
como bien comentaba Desjoyeaux que se vio forzado a soportar
rachas muy desagradables y variables de 53 nudos de viento
hasta el último día de la regata.
Tras
45 días en cabeza se lo tenía bien merecido. Ahora junto con
la edición del año 2000 es su segunda victoria en una Vendée
Globe. En la llegada decenas de miles de aficionados
esperaban sus últimas millas para ovacionar al doble
campeón. Pero el regreso a tierra después de 3 meses en
solitario es siempre duro. En el mar, salvo raras
excepciones, sólo se desea alcanzar la meta y acabar con el
sufrimiento, y en cuanto se llega a tierra, lo único que
apetece es volver a hacerse a la mar y perderse de nuevo en
el océano olvidando la sin razón de la sociedad en la que
vivimos.
Hace
falta un cierto tiempo para retomar el ritmo de la vida
diaria. De repente entre la bruma aparece la costa, de nuevo
la costa después de 3 meses de navegación por todos los
mares del mundo! Y habrá muchas cosas que decir y algunas
imposibles de explicar. Cuando el barco alcance la meta se
convertirá en un velero más atracado en un pantalán inerte y
sin vida. Todo es lógico y sin embargo parece carecer de
sentido. En un rato te viene a la cabeza el desarrollo de
toda la vuelta al mundo y las experiencias se agolpan en la
mente con extrema rapidez. Pero hay que regresar al mundo
que conocemos y adaptarse de nuevo a sus costumbres. La
costumbre de comer todos los días a la misma hora, de dormir
de un tirón el mismo número de horas, de ver el telediario,
de hacer la misma rutina.....
Una regata de locos

La primera vuelta
al mundo para solitarios. Salieron nuevo y sólo
regreso uno. Es una increíble historia de unos
individuos en plena lucha con el mar, hombres que
durante meses vivieron conducidos por sus sueños y sus
demonios en una cabina del tamaño de un pequeño
vehículo
|
Algunos como Bernard Moitessier no quisieron aceptar el reto
de la vida mundana aceptando perder su carrera a pesar de
llevar días de ventaja sobre el segundo competidor, Sir
Robin
Knox Johnston, y del tirón enganchar una segunda vuelta al mundo
porque sí.
En segunda posición entrada Amel Le Cleac’h con una semana
de diferencia y otra semana más tarde Marc Guillemot en
tercera posición.
Las
siguientes 3 llegadas se producían sin embargo en el
transcurso de unas pocas horas. Todo ha sido muy
imprevisible y diferente a lo ocurrido en otras ediciones en
donde la batalla por el podio era sumamente peleada hasta el
final. El jurado internacional ha compensado a Riou a quien
se le pedía que desviara de su ruta para socorrer a Le Cam
lo cual produjo una grave avería en su PRB que finalmente le
obligada a abandonar. Todo ello ha dado como resultado el
que la tercera plaza haya sido compartida por 3 regatistas;
Samantha Davies que cruzaba la línea de llegada en tercera
posición, Marc Guillemot que por compensación se colaba en
la tercera posición y Vincent Riou que tuvo que abandonar la
regata cuando andaba en segunda posición dando caza a
Desjoyeaux, por haber atendido la llamada de socorro de Jean
le Cam que se hallaba en serio peligro de muerte con su
barco dado la vuelta en mitad del Indico.
Artículos Vendee Globe 2008/2009:
-
Las peores horas de la Vendee Globe
-
Vendee Globe 2008/09......
Salvaje!!!
© Copyright 2009 Fondear, S.L.